Por qué mi mujer me odiaba la primera vez que nos conocimos.
Y que me permitió ser el puto dueño del cotarro.
Esto que te voy a contar pasó en 2012 y me enseñó algo tan importante que hoy sigo usando.
Vender.
En Septiembre de ese año cambié Ibiza por Granada.
El que vale vale y el que no para ADE (Administración y Dirección de Empresas), así que alli fui yo.
Llegué solo, como la gran mayoría de personas que van a la universidad.
Había grupitos, pero casi todos entramos aquella primera vez mirándonos con la idea de detectar al más borracho, a la tia más buena y al que tuviese cara de fumar porros.
O bueno, eso iba buscando yo.
Empezamos a presentarnos con los que se habían sentado cerca y todo cambió con una pregunta:
¿De dónde eres?
De Ibiza.
Diosssssssssssss de Ibiza, ya tenemos casa para ir en verano a drogarnos y salir de fiesta.
En sus mentes una simple palabra había dibujado noches de cocaína, alcohol y las fiestas más épicas que solo podías ver en la tele.
Una etiqueta que me persiguió el primer año cada puto día.
Eh, el de Ibiza, que pasa tío.
Todo el puto mundo quería ser mi amigo.
Puedes creerme o no creerme, pero te puedo contar que me aproveché de aquella situación para dirigir el cotarro.
Al final de la última clase del día, salía a la pizarra y hacía una lista de sitios a los que íbamos a ir esa noche y quien se apuntaba.
Todos iban donde yo fuese.
En esos días conocí a la que hoy en día es mi mujer, que casualidad.
Ella siempre dice que al principio le daba asco por el aire de chulo y la prepotencia de decir que venía de Ibiza.
Pero tú y yo sabemos que ese fue uno de los motivos por lo que más le gustaba.
A la gente le gusta ser el centro de atención.
Y rodearse de gente que es el centro de atención.
Si me has juzgado hasta ahora, puedo entenderlo, pero solo conoces la parte de la historia que yo quiero contarte.
La realidad era muy distinta.
De los 13 a los 18 años salí más de fiesta que lo que una persona normal tarda en salir 20 años de su vida.
Ibiza era diferente, nacíamos a escasos metros de la puta lujuría más grande del mundo.
La cosa es que a mi al llegar a Granada la fiesta no me importaba una mierda, solo quería vivir la experiencia de vivir solo.
Pero eso nadie lo sabía.
En sus mentes solo existía la etiqueta de ‘el de Ibiza’.
Tener una marca personal es y ha sido la cosa más importante para vender, pero es ahora en 2025 cuando los nuevos influencers están poniéndole etiquetas.
Todos queremos ser el centro de atención.
Todos queremos estar con alguien que es el centro de atención.
¿Por qué tienes un iPhone?
¿Por qué cada vez están más de moda los RunClubs?
¿Por qué cada vez hay más membresías?
Por lo mismo, gente que necesita sentirse parte de algo y gente que ha conseguido saber venderles.
Yo tengo claro que parte es la más rentable de las 2, aunque en muchos ámbitos sea de la parte 1.
Cuando conocí a Oscar Feito, vi que teníamos más cosas en común de las que creía:
Ambos pensamos que tener una marca personal y saber vender son las habilidades más rentables que puedes tener hoy en día.
Si eres carnicero.
Si eres fontanero.
Si vendes tornillos en una ferretería.
Sea lo que sea, tienes que saber vender y venderte.
Le convencí para que nos regalase un video de 90 minutos exactos que yo mismo me he tragado ya sobre todo eso.
Él lo vende normalmente por 97€ pero como somos una gran comunidad, para nosotros es gratis.
No porque yo sea alguien, no.
Porque somos más de 16.600 personas y para que yo os recomiende algo tienen que pasar 2 cosas:
Que el producto sea bueno, que lo es.
Y que no cueste lo que le cuesta a todo el mundo.