Necesito ayuda.
Ese es el pensamiento que toda persona que no tiene la seguridad sobre algo tiene.
El otro día fui a tomar café durante mi ronda diaria de bares.
Un café por aquí.
Un descafeinado por allá.
Un zumo de naranja en el de la esquina.
Un agua en el de enfrente de la inmobiliaria de un amigo.
Me gusta dar vueltas por los bares, tiendas y comercios de la zona.
Es donde mejor se capta.
Ni en internet, ni dejando panfletos en los buzones como la pizzeria de la esquina ni molestando a propietarios de Idealista que están hasta los cojones de nosotros.
No.
En la calle.
En el penúltimo bar del día se me acercó un conocido de la zona, un tío muy listo.
Había hecho pasta (y la seguía haciendo) montando restaurantes.
Se le da de puta madre.
Con lo complicado que es el negocio de la restauración.
La cosa es que me pidió consejo sobre una vivienda que le habían ofrecido.
Allí, en frío, mientras a mi se me bajaban todas las vitaminas del zumo al fondo.
Su idea era que yo corroborase su idea preconcebida de que la oportunidad era buena.
Pero no.
Lo que le dije fue lo siguiente:
‘’ Si quieres que te de mi opinión, tengo que hacer un análisis. Y para hacer un análisis, tengo que hacer un trabajo previo.
No puedo darte en 10 minutos lo que tardo en hacer días en mi trabajo’’.
Obviamente no se quedó conforme, casi nadie acepta un no como respuesta.
Te puedes imaginar lo que me decía, las típicas frases para intentar sacarme un ‘’sí, es buena oportunidad’’.
Pero no consiguió nada.
Mientras pagaba, le dejé la siguiente frase:
‘’Si de verdad quieres saber mi opinión, ven a mi oficina esta tarde y hablamos.
Yo solo trabajo de forma seria.’’.
Y vino.
Obviamente que vino.
Después de más de 2 horas hablando cara a cara y mostrándole por qué si y por qué no compraría yo su vivienda decidió hacer algo:
Pagarnos para que le asesorásemos en sus siguientes análisis de oportunidades.
La gente cree solo se puede pagar por una asesoría fiscal o financiera.
O por la gestión jurídica de cualquier tipo de inversión.
No.
Este tío ese día conoció otra faceta muy importante, la asesoría de inversión.
Y que obviamente, después de un tiempo, acabó comprando y ya le acompañamos en todo el proceso.
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¿Quién me acompaña en esto?
Tres de los mejores.
Les conocerás si finalmente trabajamos juntos.
O en siguientes ediciones, donde te los iré presentando.
El servicio es caro, como es obvio.
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Mínimo 2.000€.
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Si existe la posibilidad, acompañamos a las visitas.
Y para finalizar, incluso para la salida a mercado ayudamos con el filtrado de inquilinos si se necesita.
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Enhorabuena!! Seguimos pensando en el ketchup gratis del McDonals y las cosas de calidad se pagan.
Gran idea.
Un servicio que ahorra tiempo y sobre todo dinero y disgustos.
Me pica la curiosidad de que también lo hagáis en mi ciudad, Córdoba.