Hay veces que tienes que perder dinero por tonto.
Otras por despistao.
Y otras por confiar en quien no debías.
La edición de hoy está patrocinada por mi mismo:
Cosas que pasan cuando haces cosas.
Así se llama el nuevo proyecto que inicio junto a Luís (Copy de Incógnito).
Hace unos meses fui al psicólogo. Con mis recursos no podía afrontar los problemas por lo que decidí pedir ayuda.
¿El motivo? No importa.
Lo que de verdad importa es lo que saqué de aquellas 10 sesiones.
Sobre esto va el primer email que ya está disponible en nuestra nueva Newsletter.
Un lugar donde hablar de cómo hemos crecido y creado nuestros proyectos, pero poniendo por delante la parte personal.
La cosa viene calentita.
Todo el mundo la ha cagado. Tú. Yo. Nuestra vecina. Nuestro vecino. Todo hijo del señor o del no señor la ha cagado.
Hoy tocan 3 pequeñas historias que tienen el foco principal en cagarla, nada más.
La primera la sufrimos en la última obra, algunos de vosotros ya estabais por estas tierras.
El problema vino por los parkings, por los famosos parkings de fondo de saco.
Probablemente dirás este tío es gilipollas, qué cojones son los parkings fondo de saco… y es normal.
Es tan simple como los últimos parkings que están pegados a la pared.
Estos parkings, suelen tener una medida mucho más ancha de lo normal ya que las maniobras que tienen que hacer para entrar son muy complicadas.
Se ve como una mierda, pero las 2 últimas de la derecha.
El problema vino cuando en las de una parte, había un pilar justo después de la penúltima pegada a la pared. La maniobra para salir era imposible, te lo aseguro.
Nuestro ingeniero y yo hicimos pruebas y el pobre terminó rozando con su coche… Pero la cosa no acaba aquí.
Repasamos normativa y todo para ver cual era el problema y no lo había, cumplían la legalidad perfectamente.
¿Nos dan licencia para hacer algo que en la realidad es imposible?
Nada nuevo bajo el sol de una obra.
En fin, fue la primera vez que me di cuenta de que quien hizo las normativas de habitabilidad vivía en un chalet.
Por suerte (o no), teníamos una plaza de reserva por si pasaba algo o la usábamos nosotros y tuvimos que cedérsela a uno de los 2 implicados de esta historia.
Para que te hagas una idea, una plaza de parking aquí no baja de los 30K.
Que en una obra tan grande en una zona tan cara 30k es un porcentaje ínfimo, pero te toca los huevos.
Vayamos a la segunda historia.
La historia de dejar escapar mucho dinero por la puerta una y otra vez.
No somos perfectos, el trabajo nos acosa y muchas veces no estamos atentos a pequeños detalles.
Que podamos contar van ya más de 6 compradores/inversores que vinieron primero a buscarnos a nosotros antes que nadie para que les encontrásemos una vivienda.
Y no nos dedicamos a ellos.
¿Culpa de ellos por no parecer un cliente real?
¿Culpa nuestra por no saber detectarlo?
La realidad es que perdimos ese dinero (y lo seguimos haciendo, seguro) una y otra vez.
La más escandalosa (y la que más me enseñó) fue la vez que entró en la oficina alguien con muy malas pintas (mal por juzgar). Entró borracha, en bikini y no sabía casi hablar español.
Buscaba casa, pero decía que era para hacer fiestas y que nos invitaba a todos.
Como tu comprenderás, en Ibiza… pensábamos que era otra guiri loca que se había puesto hasta el infinito y más pallá y punto.
Pero no.
Al tiempo nos enteramos que compró una casa bastante cara.
Una pena.
Y la última historia por suerte no tuvimos que pagar finalmente nada, pero se nos puso el culo que no pasaba ni la luz.
Para no hacerlo complicado, resumo.
Las líneas de teleco, por donde te llega el interné, entran desde la calle al portal (a un cuarto llamado RITI, como Martin) y suben hasta las viviendas.
Pues se les olvidó la línea de teleco que conectaba la red general de la calle con el portal.
Los loles fueron épicos.
Menos mal que nos dimos cuenta ‘‘a tiempo’’ y solo estuvieron sin internet un par de meses…
Esto es un fallo de la Dirección Facultativa, pero sobre todo del ingeniero que se encargó de la parte de Teleco.
Empezaron las divagaciones, insultos, amenazas de denuncias y la obra la terminó pagando en gran parte este último.
Imagínate que vas a vivir a una casa nueva y te dicen oiga que no se puede conectar internet porque no se puede pasar el cable.
Pues te cabreas.
En fin…
Un saludo de tu querido Ayuntamiento de confianza,
HooL.
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PD2: en este tweet cuento lo que estamos vendiendo como empresa.