Cameo de cameos con el rey de las finanzas
Queridos lectores, os dejo a los mandos de mi buen amigo Nudista.
¿Por qué?
Sigue leyendo.
Dime una cosa, cuándo vas caminando por la calle y te cruzas con un Porsche 911 Carrera, ¿qué es lo que ves?
A ver si acierto: al puto Llados.
No, era broma. Lo que ves es a una persona rica.
Por intuición, te imaginas que quién conduce esa potente bestia es un millonario. Tu cerebro reptiliano te dice que alguien que se puede permitir un coche que cuesta lo mismo que una casa está forrado, pero lo cierto es que no lo sabes.
Solo es una apreciación cien por cien subjetiva. No tienes más pruebas.
√ Quizás esa persona trabaja como reponedor en Carrefour y ha alquilado el Porsche para ir de farol y ligarse a una tía buenísima y muy pija a la que conoció en Tinder.
√ Quizás esa persona financió el coche con un préstamo personal al 6,95% TAE con Caixabank y cada mes tiene que pagar una letra que equivale al 60% de su salario.
√ O quizás a esa persona se le fue de las manos la crisis de los 40 y, tratando de dar un giro de 180 grados en su vida, dejó a su pareja, vendió la casa y se compró un Porsche para pasearlo por Puerto Banús en las noches de verano.
Lo cierto es que no tienes ni la más remota idea. Ves el coche caro y asocias estatus con riqueza, pero no tiene por qué existir un nexo entre estos dos conceptos.
Bien.
Llegados a este punto me gustaría hacer dos observaciones muy importantes:
El mundo está lleno de personas a las que les gusta aparentar.
La razón por la que el mundo está lleno de este tipo de personas es porque a la gente le gusta ser admirada y respetada por los demás, y suelen usar el dinero para comprar cosas lujosas con las que alcanzar esa posición.
El tema tiene muchísima chicha. Vamos a analizarlo.
Millonarios de Instagram vs. Verdaderos millonarios
No sé si alguna vez te has detenido a pensarlo, pero con el tema del dinero y de la riqueza pasa algo muy curioso:
El dinero se puede oler (y todo el mundo lo percibe), pero con la riqueza suele pasar lo contrario (pasa desapercibida).
Cuando vemos un coche de 130.000 euros nos imaginamos que su dueño es rico, pero lo único que sabemos de él es que tiene 130.000 euros menos que antes de comprar el coche.
No podemos consultar sus extractos bancarios ni acceder a su portfolio de inversiones. Solo vemos el coche. Y el coche dibuja en nuestras cabezas una imagen de “riqueza“.
Pasa lo mismo cuando vemos fotos de desconocidos que posan en Instagram o cuando paseamos por “zonas de gente con pasta”. Creemos que todas esas personas son ricas, pero lo único que sabemos de ellas es que tienen dinero.
En mi sesgada opinión de hoy, aquí hay un error que va mucho más allá de la semántica: no es lo mismo tener dinero que ser rico.
Repito para los de la última fila:
No es lo mismo tener dinero que ser rico.
Como suelo explicar en mi newsletter (a la que te invito a que te suscribas, por supuesto), dinero y riqueza son cosas completamente distinas. No tienen nada que ver.
No conocer la diferencia entre estos dos conceptos nos puede llevar a tomar pésimas decisiones financieras a lo largo de nuestra vida.
Y para conocer esta diferencia te voy a remitir a los ejempos que el gran Morgan Housel expone en su libro “La psicología del dinero”:
1. El dinero solo es el resultado de tener unos buenos ingresos.
Si todos los fines de semana cenas en restaurantes, viajas frecuentemente, tienes un coche caro y una buena casa, una cosa está clara: tienes dinero.
Por muy endeudado que estés y por muy mal que administres tu pasta, hace falta un buen nivel de ingresos para costear un estilo de vida como este.
A la gente con dinero se le suele reconocer con facilidad por su estilo de vida. Tienen un kit de signaling que se esfuerzan en mostrar en todo momento. Habría que estar ciego para no saber identificarlos.
2. La riqueza, en cambio, no se suele ver a simple vista.
Si el dinero es el resultado de tener buenos ingresos, la riqueza se puede entender como el dinero que no se llega a gastar. Me explico:
√ La riqueza son los 130.000 euros que tienes invertidos en el SP500 gracias a que no te llegaste a comprar el precioso 911 de color negro.
√ La riqueza es el piso en primera línea de playa que podrías pagar al contado hoy si quisieras, esta tarde, ahora mismo, pero que no vas a comprar porque no te sale de las pelotas.
√ La riqueza son los iPhone, Apple Watch, bolsos Bvlgari, joyas y joyos que podrías coleccionar, si te apeteciera, pero que prefieres mantener invertidos en otro tipo de activos.
En definitiva, la riqueza son los activos financieros que podrías convertir en cosas que se ven, se tocan, se huelen, se consumen y se disfrutan, pero que tú no necesitas ni quieres.
√ La riqueza no son cosas.
√ La riqueza no es dinero.
√ La riqueza no se ve, a no ser que tú quieras que se vea.
√ La riqueza está escondida.
√ Es opcionalidad.
√ Es flexibilidad en la toma de decisiones.
La riqueza es la posición f*ck you money. Pero, cuidado, que hay un problema. Es muy, muy, muy importante esto que te voy a decir, atento:
Es muy fácil relacionarse con gente que tiene dinero, pero no es nada fácil conocer a personas que tienen riqueza, porque el éxito financiero de estas últimas suele mantenerse oculto…
…y esto provoca algo parecido a un cortocircuito mental que te lleva a imitar el comportamiento de las personas que tienen dinero, pero no el de las personas que tienen riqueza.
Todo el mundo quiere el Porsche. Todo el mundo quiere la casa en la playa. Todo el mundo quiere los 14 días de vacaciones en República Dominicana con todo incluido.
¿Y por qué todo el mundo quiere estas cosas?
Pues porque todo el mundo cree que las personas que tienen estas cosas son ricas. Han interiorizado la idea de que ser rico es gastar dinero. Y no es así. Se equivocan.
No sabemos si esas personas son ricas, lo mismo están súper endeudadas. Lo único que sabemos de ellas es que tienen dinero.
Y ahora dime, ¿tú quieres ser rico o solo aspiras a ser alguien con dinero? Como acabas de comprobar, son cosas distintas.
Para ser rico no puedes imitar a las personas que hacen ostentación de su dinero, sino a las que acumulan riqueza de forma silenciosa.
Entender esto es entender las malditas reglas del juego.
Menos Porsche. Menos Apple Watch. Menos Gucci.
Más esfuerzos por ahorrar. Más capital en bolsa. Más inversiones inmobiliarias. Más activos digitales.
El dinero solo es una herramienta para alcanzar la riqueza. No te enamores de él. No le cojas cariño. Solo es eso: un medio para alcanzar un fin mayor.
La riqueza, sin embargo, lo es todo: la riqueza es f*ck you money; la riqueza es libertad.
Y voy acabando.
Mi agradecimiento a HooL por dejarme escribir mis locuras en esta, su newsletter, su casa.
Y aprovecho para invitarte a otra casa en la que suelo hablar mucho de dinero, money, pasta, guita… y, por supuesto, del maldito f*ck you money: mi newsletter semanal.
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Un fuerte abrazo,
Nudista Investor.